16/3/15

L' ERA DEN JAUME: COCINA ANDORRANA EN ESTADO PURO



En una antigua casa de piedra a pie de carretera, se encuentra este típico restaurante andorrano, alojado en una “borda”, casa tradicional de alta montaña. Son muchas las bordas donde antiguamente se guardaban el grano y ganado las que han sido reformadas y acondicionadas para convertirse en restaurantes de gran calidad, donde la montañosa geografía del país ha dado lugar a platos típicos como las setas, la trucha de río, la carne de caza o los embutidos.
Nosotros no nos hemos podido resistir. ¿Nos acompañas a su mesa?

Nos presentamos un sábado sin reserva previa, pero tuvimos suerte, porque el restaurante de dos plantas se llenó en breve. Comimos en la planta superior que era más acogedora que la de abajo, por ser lugar de paso de toda la clientela. La decoración, en la línea, ya hemos dicho que se trata de una “borda” acondicionada, por lo tanto no falta la decoración rústica a base de útiles del campo en desuso, madera como elemento principal y una iluminación natural.

comedor superior

Pedimos una ensalada de mollejas para compartir. Era bastante abundante así que Eneko también pudo servirse un pequeño plato. Junto con las mollejas nos resultó muy original el empleo del maíz tostado que le daba un toque crujiente, a una ensalada que finalmente resultó ser muy gustosa.
Yo, que soy devoradora de pescado, no me pude resistir y elegí trucha de río, acompañada
de unas patatas asadas y unas vainas,  como plato principal. Resultó algo seca la pieza, y ni siquiera los intentos del chef por ocultarlo con un acertado refrito de ajo, perejil y bacon consiguieron arreglarlo.



Marko eligió mejor, un plato de butifarras, que hacía las veces de degustación de las distintas variedades: la oscura, muy parecida en textura a una morcilla, pero con un picado más fino. Las otras dos se acercan más a las salchichas. El toque de gracia se lo ponía el ali-oli montado sobre la patata. Resultó ser un plato delicioso.


Las vainas se nos hicieron algo muy repetitivo en el menú,y aunque eran frescas y de calidad, no fueron santo de nuestra devoción.
Regamos la comida con un vino de la casa: Alta Río de 2013. Era un vino que combinaba bien con ambos platos y nos lo bebimos con facilidad, pero como suele ocurrir en la mayoría de los restaurantes el vino subió la cuenta, menos mal que no pedimos otra botella.
Terminamos con un riquísimo postre que puede quedar entre Andorra y Cataluña... "La crema catalana" Nos pareció un pecado, claro que es un postre que no hemos tenido la ocasión de tomar muchas veces, pero ambos coincidimos en que estaba superior. 


El camarero ,más que atento, tuvo un buen detalle convidándonos a un copa de cava que nos tomamos alegremente.
La cuenta nos salio a unos 25€ por persona, pero hay que decir que Eneko había tomado un menú infantil, con lo que realmente es algo más caro de lo que parece. 
Ese día entre el vino y el cava, menos mal que teníamos la camper cerca y está dotada de un par de camas de 1,35cm, por que la siesta fue monumental.

Nuestra nota: 7

Información de viaje:

Tlf: 376 850 667






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