El faro de La Plata es un lugar singular, un faro
encendido en un castillo. Pero no, no os
hablo de él solo por eso, es la luz que alumbra a los barcos de la villa de
Pasaia y, además, el lugar de donde vengo. ¿Me acompañais?
Si aparcamos la furgo en el muelle
de Pasaia San Pedro deberemos dirigirnos hacia el faro por el breve camino de
unos 2km que asciende suavemente. De niña subía corriendo y jugando a ser
exploradora, Se ve que entonces ya jugando era algo alternativa...Y jugaba
y me lo creía, porque por este camino que es parte del Camino de Santiago por
la costa, pasaban y me saludaban
personas de todo tipo, personas de aquí
y de allá.
En breve alcanzamos un hermoso mirador, desde donde
observamos una impresionante entrada de puerto natural, el puerto de Pasaia.
Y ahí está la gran olvidada, Pasaia Donibane (Pasajes San
Juan).
Muchos son aún los turistas que cegados por el resplandor de la
Bella Easo dejan atrás esta visita. Una villa marinera, de esas que respira
salitre, donde las casas se diría que flotan formando una auténtica barrera entre
la tierra y el mar. Casas de balleneros y también de habitantes ilustres, como
Victor Hugo. Allí los remos mandan y el
color rosa de su equipo de traineras asoma en cada ventana. ¿Y los restaurantes?
Algo insólito a lo que ya estamos acostumbrados: hacen emerger las redes desde
la mar hasta sus propias cocinas.
¿No os ha entrado un poco de hambre? Pues siguiendo el
camino, unos metros más adelante, encontraremos una hermosa terraza mirando al
mar. En esas mesas nos parábamos a almorzar en las excursiones del colegio,
cada uno ataviado con su mochila, su gorra y sus zapatillas de andar.
Seguimos ascendiendo, ya se ve el faro. Parece un
castillo, un lugar encantado. Nos asomamos a su gran mirador y los acantilados
del monte Jaizkibel nos hacen un guiño.
Mientas tanto, nos acompañan los graznidos huecos de la
gran colonia de gaviotas reidoras que puebla el peñón. “¡Fuera! ¡Fuera!”
Parecen gritarnos. Podríamos continuar por un estrecho camino que nos lleva
hasta La Fuente del Inglés, “el agua milagrosa” de la que los peregrinos suelen beber; y siguiendo el sendero,
siempre por la costa, llegaríamos hasta Donostia.
Pero ese es otro camino. ¿Volvemos?
INFORMACIÓN DE VIAJE:
Area de pernocta para autocaravana más
cercana: http://www.areasac.es/areas/gipuzkoa/errenteria_1987_1_ap.html
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